sábado, 14 de junio de 2025

El Camino de la Paz: Identificando al Verdadero Enemigo

 


Por Félix Guerra Velásquez

Vivimos en un mundo donde el conflicto parece inevitable: tensiones familiares, divisiones sociales, guerras políticas, ataques personales, e incluso luchas internas. Ante esto, muchos buscan la paz como quien busca agua en el desierto. Pero ¿por qué parece tan difícil hallarla?

La respuesta es tan simple como profunda: la paz no se encuentra mientras no sepas quién es tu verdadero enemigo.


La raíz invisible del conflicto

La mayoría de las personas piensan que sus enemigos son personas: el jefe que los humilla, el vecino que los odia, el familiar que los traicionó, o incluso ellos mismos cuando cometen errores. Pero la Biblia nos da una revelación que rompe esta visión limitada:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
Efesios 6:12 (RVR1960)

Aquí se nos enseña que la verdadera lucha no es contra seres humanos. El enemigo es espiritual, y actúa en las sombras, inspirando pensamientos, provocando divisiones, sembrando odio, envidia y orgullo.

Un ejemplo en la cruz

Uno de los momentos más conmovedores en la vida de Jesús fue cuando, colgado en la cruz, dijo:

"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."
Lucas 23:34

Esa frase lo cambia todo. Jesús no ve a sus verdugos como enemigos personales, sino como personas cegadas, manipuladas, usadas por una fuerza espiritual mayor. Él entiende que el verdadero enemigo es el diablo, y por eso puede perdonar incluso en medio del dolor.

Cuando entendés la raíz, nace la compasión

Cuando descubrís que tu enemigo no es la persona que te hirió, sino el espíritu que la manipuló, algo se libera en tu corazón: el perdón se vuelve posible, y la paz comienza a brotar.

Esto no significa justificar el mal, sino comprenderlo desde una perspectiva más profunda.

Incluso te empezás a mirar distinto a vos mismo. Es común que pensamientos negativos nos asalten: “no valés nada”, “mejor morite”, “Dios no te ama”, “ya no hay salida”. Pero cuando sabés que el diablo es “el acusador de nuestros hermanos” (Apocalipsis 12:10), comprendés que no todos los pensamientos que cruzan por tu mente son tuyos, y que el enemigo busca sembrar desesperación y autodesprecio porque él no puede actuar por sí mismo, necesita influir en los humanos para hacer su voluntad.

"Resistid al diablo, y huirá de vosotros."
Santiago 4:7

Eso solo se logra cuando primero lo identificás, y luego no te aliás con sus pensamientos.

Una historia que lo ilustra

Recordá a Pedro, uno de los más cercanos a Jesús. En un momento, intenta disuadir al Maestro de ir a la cruz, movido por amor humano, pero sin discernimiento espiritual. Y Jesús le responde:

“¡Quítate de delante de mí, Satanás!”
Mateo 16:23

Jesús no odiaba a Pedro. Lo amaba. Pero sabía que, en ese instante, el enemigo estaba usando su boca para intentar desviar el propósito divino. ¡Qué enseñanza tan grande! A veces nuestros seres queridos pueden ser usados por el mal sin darse cuenta, y por eso no debemos odiarlos, sino discernir lo espiritual y orar con autoridad.

El fruto de ver con ojos espirituales

Cuando entendés que tu lucha no es con carne ni sangre:

  • Podés perdonar más fácilmente.

  • No te envenenás con el rencor.

  • No te autoacusás de todo lo que pasa por tu mente.

  • Empezás a orar con sabiduría, atacando el problema real, no solo sus síntomas.

  • Descubrís una paz profunda, porque ya no estás en guerra contra el mundo entero, sino que caminás con una dirección clara.

El pensamiento revelador

Todo lo anterior puede resumirse en este pensamiento que recibí, y que deseo compartir con vos, lector, como una llave espiritual:

“El camino de la paz se revela ante ti cuando sabes quién es tu verdadero enemigo.”
Félix Guerra Velásquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La serpiente de bronce y Cristo en la cruz.

  El relato de Números 21:4-9 nos habla de un episodio crucial en el caminar de Israel: el pecado de la murmuración, el juicio de las serp...