Texto base: Éxodo 4:24-26
"Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión".
1. Contexto y escenario
Moisés ha sido llamado por Dios para liberar a Israel. Ha visto la zarza ardiendo, ha recibido instrucciones claras y ha comenzado el viaje hacia Egipto. Pero en el camino, en una posada, Dios se le presenta con intención de matarlo. Esta escena abrupta y sorprendente es un punto de inflexión. No está relacionada con incredulidad o cobardía, sino con una falta específica: el hijo de Moisés no estaba circuncidado.
El texto revela que Moisés había descuidado el pacto establecido por Dios con Abraham, en el cual la circuncisión era la señal física de pertenencia al pueblo de Dios (Gén. 17:10-14). ¡Y ahora el libertador de Israel estaba caminando con su hijo fuera del pacto!
2. El Peligro de Estar Fuera del Pacto
A. Exclusión espiritual
Dios había dicho: "El varón incircunciso... será cortado de su pueblo" (Gén. 17:14). Es decir, no estar circuncidado equivalía a no pertenecer al pueblo de Dios, aunque se tuviera el linaje correcto. En términos espirituales, el hijo de Moisés estaba siendo contado entre los egipcios, no entre los hebreos. Aunque su padre fuera el mensajero de Dios, eso no lo eximía del requisito del pacto.
B. Exposición al juicio
Dios estaba por derramar juicio sobre Egipto, incluyendo la plaga de la muerte de los primogénitos. La protección divina no sería por apellido, sino por obediencia al pacto.
Imagínese la ironía y la tragedia: que el hijo del libertador muriera con los egipcios por no estar bajo la señal del pacto. Dios, en su misericordia, detiene a Moisés en la posada para prevenir una tragedia futura. Le muestra que antes de liberar a otros, debe asegurarse de que su propia casa esté en orden.
C. Pérdida de autoridad espiritual
Un líder que no guarda el pacto no puede representar a un Dios santo. El mismo Moisés que exigirá obediencia a Faraón, debe primero vivir en obediencia. Esta falta no confesada pudo haber invalidado su ministerio.
3. El Rol de Séfora: Intercesión y obediencia de último momento
Curiosamente, es Séfora, su esposa madianita, quien actúa con prontitud. Toma el pedernal, circuncida a su hijo, y lo "echa a los pies" de Moisés, una imagen poderosa de sangre, obediencia y restauración. El hecho de que Dios lo "dejó ir" muestra que el acto fue suficiente para restaurar el orden.
Séfora se convierte en un tipo de intercesor, y la acción de sangre derramada permite que el juicio se detenga. Esto tiene fuertes paralelismos con el Nuevo Testamento.
4. El Nuevo Pacto en Cristo: La Circuncisión del Corazón
Pablo declara:
"La circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra" (Romanos 2:29).
Y también:
"En él también fuisteis circuncidados... por la circuncisión de Cristo" (Colosenses 2:11).
Hoy, la señal del pacto no es en la carne, sino en el corazón: fe en Cristo, arrepentimiento, obediencia. Aquellos que están en Cristo han sido "sellados" por el Espíritu Santo (Efesios 1:13). Y al igual que en Egipto, solo los que tienen la sangre del Cordero sobre sus vidas están a salvo del juicio venidero.
No basta con tener linaje cristiano, ni con ser hijo de pastores, ni con participar en actividades religiosas. Estar en Cristo es la única forma de estar dentro del pacto eterno.
5. Ejemplos ilustrativos
Israelitas sin sangre en los dinteles en Éxodo 12 habrían sufrido la muerte del primogénito, igual que los egipcios.
El hijo de Moisés incircunciso era vulnerable, sin importar su herencia.
Judas Iscariote, aunque caminó con Jesús, nunca fue realmente parte del pacto espiritual (Juan 17:12).
Ananías y Safira parecían estar en el pacto, pero su corazón no había sido transformado.
6. Conclusión y llamado urgente
La historia en la posada nos recuerda que Dios no negocia su pacto. La misericordia de Dios detuvo la mano del juicio sobre Moisés, pero no sin sangre. Desde Abraham hasta Cristo, Dios ha exigido una señal de pertenencia. En la antigüedad fue la circuncisión; hoy es la regeneración espiritual a través de Jesucristo.
"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (Juan 3:36).
🚨 ¡Estás dentro del pacto?
No te conformes con la religión heredada, ni con el apellido, ni con la costumbre. Hoy, Dios quiere sellarte con su pacto eterno en Cristo. No hay salvación fuera de Él. Es tiempo de rendir el corazón, de circuncidar el alma, de aplicar la sangre del Cordero a la puerta de tu vida. ¡El juicio viene, pero también la redención está disponible!
"He aquí, ahora es el tiempo aceptable; he aquí, ahora es el día de salvación" (2 Corintios 6:2).
¡Entrá en el pacto hoy!
Autor: Félix Guerra Velásquez
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