Texto base:
Apocalipsis 12:10-11
“El acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche, ha sido lanzado fuera. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos…”
1. El trabajo del acusador
-
Satanás significa “adversario, acusador”.
-
No solo tienta al hijo de Dios a pecar, sino que luego lo acusa con ese mismo pecado.
-
Usa nuestra conciencia para llenarnos de culpa y apartarnos de la comunión con Dios.
-
Su meta es detenernos, que nos sintamos indignos, y que dejemos de predicar el evangelio.
👉 Ejemplo: Adán y Eva, después de pecar, se escondieron por miedo (Génesis 3:10).
2. Nuestra defensa: Cristo el abogado
-
1 Juan 2:1: “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.
-
El diablo acusa, pero Cristo intercede.
-
Romanos 8:33-34: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”.
👉 El juicio que merecíamos ya cayó sobre Cristo en la cruz.
3. La conciencia limpiada por la sangre
-
Hebreos 9:14: “La sangre de Cristo limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo”.
-
El enemigo quiere que nuestra conciencia nos frene.
-
Pero la sangre no solo perdona, también limpia la culpa para que podamos servir sin miedo.
👉 Un hijo con la conciencia limpia puede predicar con valentía.
4. La clave de la victoria
-
Apocalipsis 12:11 nos da dos armas:
-
La sangre del Cordero: nuestra justicia está en Cristo, no en nosotros.
-
La palabra del testimonio: hablar lo que Cristo ha hecho en nosotros.
-
👉 La victoria no está en ser perfectos, sino en confesar nuestra fe en la obra perfecta de Jesús.
Conclusión
Cuando el diablo te acuse:
-
Mira a la cruz.
-
Reclama la sangre de Cristo.
-
Confiesa tu testimonio en voz alta.
⚔️ Así lo vences.
No por tu perfección, sino por la gracia del Cordero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario