miércoles, 11 de junio de 2025

¿Todos los Cristianos Van al Cielo? Lo Que Realmente Dice la Biblia.

 


Una de las preguntas más frecuentes entre los creyentes es: ¿Dónde estaremos los cristianos después de la muerte? Algunos tienen temor porque aún no comprenden completamente lo que nos espera. Pero la Biblia, lejos de sembrar incertidumbre, nos ofrece una esperanza gloriosa. Y algo clave es entender que no todos tendremos el mismo destino exacto, sino que estaremos en lugares distintos, según el propósito divino que hayamos cumplido en la tierra.


1. Algunos estarán con sus padres en paz

Cuando Dios habló con Abraham, le dijo algo muy revelador:
“Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez” (Génesis 15:15).

Esto nos deja ver que hay una continuidad de existencia más allá del sepulcro. Abraham no dejaría de existir, sino que iría a sus padres. Esta expresión sugiere un lugar real donde están los que han partido en fe. El texto también resalta que Abraham iría "en paz", es decir, sin temor, sin juicio, sin sufrimiento. Para los que han caminado con Dios, la muerte es una transición hacia la comunión con los santos que partieron antes.

2. Otros heredarán la tierra

Jesús enseñó en el Sermón del Monte:
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5:5).

Esta promesa no es simbólica ni limitada al contexto judío. Es una referencia profética a la restauración futura, cuando los cielos nuevos y la tierra nueva sean manifestados. En Apocalipsis 21, Juan vio “la nueva Jerusalén descendiendo del cielo”, y Dios haciendo morada con los hombres.

Esto significa que algunos cristianos vivirán en la tierra renovada, como herederos legítimos. Estos pueden ser aquellos cuya misión y propósito estuvo íntimamente ligado a lo terrenal, a la justicia social, a la obediencia práctica, al servicio al prójimo… ¡recibirán su herencia aquí mismo, pero glorificada!

3. Algunos recibirán su galardón en el cielo

También Jesús declaró:
“Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos…” (Mateo 5:12).

Esto muestra que hay una porción del pueblo de Dios cuyo premio no está en la tierra, sino directamente en los cielos. No todos los cristianos serán recompensados en el mismo lugar, sino conforme a la obra y propósito asignado por el Señor.

Algunos serán llamados a estar con Él en el cielo, en funciones espirituales elevadas, como intercesores, gobernadores celestiales, maestros o adoradores en la presencia misma de Dios. Su herencia no será terrenal, sino celestial.

4. El seno de Abraham: una figura del Paraíso

En la parábola del rico y Lázaro, Jesús dice que el mendigo fue llevado al “seno de Abraham”, mientras el rico terminó en tormento (Lucas 16:22-23).

El seno de Abraham representa el lugar de consuelo y paz reservado para los fieles. Es interesante que Jesús no usó un término genérico como “el cielo”, sino algo más íntimo: el seno del patriarca de la fe, Abraham.

Esto refuerza la idea de que hay diferentes lugares de destino, todos dentro del plan de Dios para los suyos. Lázaro, aunque pobre y desechado en esta vida, fue llevado a un lugar privilegiado de descanso. Algunos cristianos que han sufrido o han sido menospreciados aquí, pueden tener un lugar especial en ese tipo de paraíso.

5. Unos serán transformados sin morir

Pablo escribió un misterio que nos llena de esperanza:
“No todos dormiremos; pero todos seremos transformados… en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta” (1 Corintios 15:51-52).

Esto nos revela que hay cristianos que no pasarán por la muerte. Habrá una generación viva en el día del Señor que será transformada sin necesidad de morir. La muerte será “sorbida en victoria” (v.54). Estos estarán preparados para recibir al Señor en el aire y ser parte del grupo glorificado instantáneamente.

No verán la muerte, como también lo ilustra Jesús cuando dijo:
“El que guarda mi palabra, no verá muerte jamás” (Juan 8:51).
Aunque este texto tiene varias interpretaciones, una de ellas apunta a esta verdad gloriosa.

6. Un propósito, distintos destinos

En resumen, el destino de los cristianos no es uniforme, sino que está alineado con el propósito que cada uno ha cumplido en la tierra. Algunos estarán:

  • Con sus padres (como Abraham) en un lugar de paz.

  • Heredando la tierra en su estado glorificado.

  • En los cielos, recibiendo galardones eternos.

  • En el seno de los justos, un paraíso espiritual de descanso.

  • Transformados sin morir, como primicias de la victoria final sobre la muerte.

Este conocimiento no debe producir temor, sino gozo, porque cada lugar es glorioso y está dentro del perfecto amor de Dios. La muerte no tiene la última palabra. Para el creyente, morir es simplemente ser llevado a la siguiente etapa de su llamado eterno.

martes, 10 de junio de 2025

Lo que los cristianos estamos haciendo mal.

 


A lo largo del tiempo, muchas ideas equivocadas se han infiltrado en la mente de los creyentes. Algunas de ellas parecen piadosas, pero en realidad nos alejan de la verdad. Aquí comparto algunas de las más comunes, con el deseo de que podamos reflexionar y corregir el rumbo.

1. Pensar que la obra de Dios tiene que ver con dinero

La obra de Dios es sostenida por el Espíritu Santo, es decir, por Cristo mismo. El dinero no tiene relación alguna con el poder ni con el propósito de Dios. Cuando dependemos del dinero para hacer la obra, perdemos de vista que es el Espíritu quien la guía y la sostiene.


2. Creer que una simple oración te garantiza el perdón

Muchos piensan que con solo pedir perdón ya están perdonados. Pero la Biblia enseña que sin arrepentimiento no hay perdón de pecados. La oración es solo una expresión; lo que Dios busca es un corazón verdaderamente arrepentido.

3. Pensar que asistir a una iglesia te garantiza la salvación

La salvación no depende de un edificio ni de una congregación. Asistir a una iglesia puede ayudarte a crecer espiritualmente, pero no es un boleto automático al cielo.

4. Creer que ayudar a los necesitados asegura la salvación

Las buenas obras deben surgir del amor a Dios y de un corazón transformado por Cristo. Primero, debes recibir a Cristo como tu Salvador y creer en Él. Solo entonces tus obras serán agradables a Dios. Pero aun así, las obras no te salvan, solo reflejan tu obediencia y amor por los demás.

5. Pensar que dar ofrendas y diezmos te salva

Ninguna ofrenda ni diezmo puede comprarte la salvación. Dios no vende su gracia, y tu salvación no depende de cuánto dinero entregues, sino de si has creído de corazón en Cristo.

6. Creer que porque Dios te usa estás bien con Él

Que el Espíritu Santo te use para expulsar demonios, hacer milagros o profetizar, no significa que estás bien delante de Dios. Lo que el Espíritu hace a través de ti tiene que ver con Cristo, no contigo. Recuerda lo que dijo Jesús: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre...? Y entonces les declararé: Nunca os conocí.”

7. Pensar que Dios escucha a cualquiera que ora

Dios escucha la oración de quien ha sido cubierto por la sangre de Cristo. La intercesión de Jesús es la única vía por la que podemos tener acceso al Padre.

8. Enfrentar a Satanás por voluntad propia

No podemos provocar ni enfrentar a Satanás solo porque queremos. Los cristianos tenemos autoridad para resistirlo solamente cuando él interfiere en la obra de Dios que estamos realizando. En esos casos, la victoria está garantizada porque es Dios quien pelea por nosotros.

9. Pensar que cantar alabanzas no es importante

La alabanza es poderosa. No solo glorifica a Dios, sino que también transforma el ambiente espiritual. Cantar a Dios es un acto de fe, gratitud y proclamación de la victoria de Cristo, la cual fortalece nuestro espíritu.

10. Creer que la oración no tiene ningún beneficio

La oración es una de las armas más poderosas del creyente. Todo puede suceder cuando oramos con fe: desde la visita misma de Dios, hasta sanidad o un milagro inesperado.


Reflexión final:

Las dos últimas prácticas —la alabanza y la oración— son de suma importancia. Sus beneficios son incalculables. Si las pones en práctica con sinceridad y constancia, verás cosas asombrosas ocurrir en tu vida. No se trata de religiosidad, sino de conexión verdadera con el Dios vivo.

lunes, 9 de junio de 2025

🌍 Sueño profético: La esfera, la mujer y la lucha espiritual por la Tierra

 


En la madrugada de hoy lunes 9 de junio del 2025, tuve un sueño que considero profundamente profético. Lo comparto aquí con reverencia, entendiendo que cada visión tiene su tiempo y propósito.


El sueño

Soñé que estaba observando una esfera de unos 15 pulgadas en el suelo. Era completamente lisa, con un brillo como de cristal, y con la textura sensible de una pantalla de celular. La tomé con asombro y la guardé en una mochila grande que llevaba conmigo.

Al avanzar, llegué a otro lugar donde un hombre tenía tres esferas. Le pedí una, y él me dijo: “Tome dos si quiere, pero déjeme esta”, señalando una de las tres, que era transparente como el cristal. Me agaché para guardar las dos esferas que me daba, y allí el sueño cambió.


 Abrí mi mochila y vi que una mujer delgada, de unos 30 a 35 años, vestida con una falda de color negro y una blusa manga larga con flores color anaranjado, su cabello era como rizado, había tomado mi esfera. Para mi sorpresa, la esfera se había transformado en el planeta Tierra. La mujer sostenía la Tierra en su mano izquierda, la miraba intensamente y decía:


Si no se están quietos, voy a hacer que haya nubes por toda la Tierra para que no puedan ver el sol.

Entonces comenzó a golpear la esfera con su dedo índice. Donde tocaba, se formaban nubes. Al principio lo hacía despacio, pero luego aceleró el ritmo trataba de hacer lo que había dicho, vi que las nubes eran muchas.

Vi entonces que los moradores de la Tierra comenzaron a orar con fervor. En el aire, los ángeles comenzaron a subir para eliminar la nubes que ella estaba creando, Todos —humanos y ángeles— estaban vestidos con túnicas azules y trabajaban unidos en contra de lo que la mujer estaba haciendo. Era como si todos estuvieran revirtiendo lo que la mujer trataba de lograr, pero antes de que ella lo logrará encontró oposición tanto de los moradores de la tierra como de los ángeles que viven en el aire entre el cielo y la tierra.

Interpretación y mensaje

Ahí terminó el sueño, pero lo me llamó mucho la atención es las posiciones que ocupaban los protagonistas del sueño, por ejemplo: La mujer estaba en el oriente creando esas nubes desde fuera de la atmósfera, los hombres estaban en occidente orando, los ángeles se dirigían desde el occidente hacia el oriente, cuando vi a los ángeles ya estaban sobre medio oriente combatiendo la formación de nubes.

Creo que sin duda a la humanidad le tocará ver algo que nunca a visto, y la única forma de hacerle frente es estando unidos en oración para que el mundo espiritual se active a favor de la humanidad, no sé que sucederá sino nos ponemos de acuerdo para orar, creo el conflicto en medio oriente se pondrá feo, lo que quiero decir es que todo va a escalar hacia una guerra, no olvidemos que el segundo jinete del apocalipsis es de color rojo que simboliza la sangre que se derramada en la guerra, después viene el hambre y por ultimo la enfermedad o muerte.

Por otra parte el jinete del caballo blanco con su arco simboliza una conquista espiritual y estratégica, una batalla en el “aire” (el espíritu) que prepara el camino para los juicios que siguen (guerra, hambre, muerte).

El jinete del caballo blanco ya preparó el camino para todo lo que viene, les pido por favor oren pidan ayuda a Dios el sabe que hacer con sus hijos.

Comprendí que la mujer representa una fuerza espiritual oscura que quiere cubrir la Tierra con nubes espirituales, es decir: confusión, mentira, oscuridad, y bloqueo de la verdad divina. No quiere que la humanidad vea el sol, símbolo de Cristo, de la verdad y de la luz de Dios.

Autor:  Félix Guerra Velásquez



domingo, 8 de junio de 2025

El capitán me esperó, y entendí que Dios también lo haría.

 Desde muy joven, cuando apenas tenía catorce años, me adentré en el mundo del ciclismo de ruta. No fue una simple afición pasajera; fue una pasión que me acompañó en una etapa decisiva de mi vida. Participé en muchas competencias, algunas locales, otras más exigentes, pero todas me marcaron de alguna forma. A los diecinueve años, sin embargo, dejé de practicarlo. No fue por falta de amor al deporte, sino por el curso natural de la vida, los cambios, las responsabilidades y decisiones que nos apartan de ciertas sendas. Hoy, con la mirada puesta hacia atrás, a veces me arrepiento de no haber seguido, aunque fuera solo por afición. Porque el ciclismo no era solo una actividad física, era un reflejo de muchas cosas más profundas que estaban ocurriendo dentro de mí.


Recientemente, recordé una de las competencias más significativas de mi juventud. No fue la que gané ni en la que obtuve el mejor tiempo. Fue una contra reloj por cuartetas, donde cada integrante del equipo tenía un rol crucial. En este tipo de competencia, el ciclista que va al frente rompe el aire para que los que van detrás puedan conservar energías. Después de un tiempo, ese ciclista se pasa a la parte trasera, y otro asume la delantera. Es un trabajo en equipo, una danza de resistencia, estrategia y confianza mutua.

Recuerdo que, después de haber tomado mi turno al frente, me deslicé hacia atrás como correspondía. Sin embargo, el último ciclista —mi compañero— bajó el paso de forma inesperada, y mi rueda delantera tocó su rueda trasera. No pude reaccionar a tiempo. No logré sacar los pies de los pedales y caí de golpe. Mi cadera impactó contra el asfalto. Sentí el ardor de los raspones, y vi cómo mis compañeros seguían adelante sin darse cuenta de mi caída. Me quedé atrás, solo, con mi licra rota y el cuerpo adolorido.

Pero no me rendí. Me levanté tan rápido como pude, ignorando el dolor y el orgullo herido. Me subí a la bicicleta nuevamente con un solo pensamiento: alcanzar al equipo. Pedaleé con todas mis fuerzas durante 15 minutos, buscando cualquier rastro de ellos en el horizonte. Mi corazón latía con fuerza, no solo por el esfuerzo físico, sino por la necesidad de no quedarme atrás, de no ser el que abandona.

Fue entonces cuando, a lo lejos, vi a uno de mis compañeros. No era cualquiera. Era el capitán del equipo, un poco mayor que yo, más fuerte, más experimentado. Él había decidido bajar el paso para esperarme. Cuando por fin lo alcancé, me dijo con voz firme pero alentadora: "Pégate a mi rueda, que los vamos a alcanzar". Y así lo hice. A pesar del dolor, del cansancio, del miedo a no lograrlo, me aferré a su rueda como quien se aferra a una cuerda de salvación.

Durante los siguientes minutos, él rompió el viento por mí. Yo solo tenía que mantenerme pegado. Cinco minutos después, me dijo: "Cambio de turno". Tomé la delantera, manteniendo el paso como pude, mientras él recuperaba energías. Luego, él volvió a tomar la punta. Y así, turno tras turno, juntos, logramos alcanzar al equipo después de media hora de esfuerzo compartido.

Esa experiencia quedó grabada en mi corazón. No solo por el acto deportivo, sino por lo que significó espiritualmente. Años después, en una de las pruebas más duras de mi vida, cuando sentí que ya no podía más, recordé ese momento. Sentí que el Señor me decía exactamente lo mismo: "Iremos a tu paso, pero no te detengas. No te rindas. Tenemos que llegar a la meta".

Así como aquel capitán bajó el paso por mí, así también Dios se ha puesto a mi lado en los momentos más oscuros. No me exigió correr a su ritmo divino. Se ajustó al mío. Me cubrió. Me protegió del viento. Me dejó descansar. Y cuando pude, me pidió tomar mi turno, no para demostrar fuerza, sino para crecer, para participar, para aprender.

Esta historia es real. Es parte de mi vida. Y hoy quiero que vos que la estás leyendo la tomés como un espejo para tu propia carrera. Porque todos estamos corriendo una carrera, cada uno con su bicicleta, sus caídas, sus heridas, y sus luchas. A veces estamos al frente, liderando con fuerza. A veces vamos detrás, recuperándonos del cansancio. Y otras veces nos caemos y sentimos que todo está perdido.

Pero no lo está. Porque hay un Capitán que nunca nos deja. Uno que vuelve por nosotros, que baja el paso para encontrarnos, que nos anima con su voz, que nos dice: "Pégate a mi rueda". Ese Capitán es Jesús.

Tal vez hoy estás en el suelo, con la licra rota y la cadera dolida. Tal vez ves cómo otros siguen y sentís que nadie nota tu ausencia. Pero te aseguro: Él sí lo nota. Y no solo lo nota, sino que vuelve por vos. No para juzgarte, sino para ayudarte a llegar. Porque para Él no se trata de que seas el primero, sino de que no te rindas. De que llegués.

Reflexioná en esto:

  • No es más fuerte quien nunca se cae, sino quien, al caerse, se levanta y sigue pedaleando.

  • A veces, el camino más duro no es el que nos aleja de Dios, sino el que más nos lo revela.

  • La voz de Dios no siempre viene en forma de relámpagos. A veces, se escucha en una simple frase que se clava en el alma: "No te detengas".

Consejos desde mi experiencia:

  1. No te castigues por haber dejado cosas atrás. Tal vez no seguiste con el ciclismo, o con alguna pasión que marcó tu juventud. Pero eso no invalida lo que sembró en vos. Lo que aprendiste sigue vivo.

  2. Volvé a hacer memoria. A veces, en medio del dolor presente, recordar lo que fuiste capaz de superar en el pasado te da la perspectiva necesaria para no rendirte.

  3. Permitite ir a tu paso. No te compares con los demás. Dios no te mide con un cronómetro. Te acompaña con amor. Si vas despacio, pero firme, Él va con vos.

  4. Compartí tu historia. Lo que vos viviste puede ser la luz que alguien necesita. No subestimés el poder de un testimonio.

Hoy, aunque ya no compita como antes, aunque el tiempo haya pasado, sé que esa carrera sigue. Y sigo pedaleando. Con raspones, sí. A veces al borde del cansancio. Pero nunca solo. Porque tengo a mi Capitán. Y vos también lo tenés.

No te rindás. Pégate a Su rueda. Él sabe el camino. Y si no podés más, te cubrirá del viento hasta que podás volver a pedalear.

sábado, 7 de junio de 2025

La masturbación en la vida cristiana: Una mirada honesta, bíblica y pastoral.

 Introducción

La sexualidad humana ha sido históricamente un tema rodeado de silencio, culpa y temor dentro de muchos círculos cristianos. Uno de los aspectos más debatidos, pero menos comprendidos, es la masturbación. ¿Es pecado? ¿Cómo la trata la Biblia? ¿Qué papel juega en la vida de un creyente que desea agradar a Dios y vivir en santidad? Este artículo no busca justificar el libertinaje ni negar la necesidad de pureza, sino ofrecer una perspectiva pastoral, bíblica y profundamente humana sobre este tema que toca la vida de hombres y mujeres por igual.


El objetivo es guiar, no condenar; acompañar, no acusar; liberar, no esclavizar. Aquí exploraremos cómo la masturbación puede entenderse desde una óptica bíblica, sin caer en extremos ni legalismos, y cómo puede ser parte de una vida de autocontrol, no de pecado.


1. El cuerpo humano no es enemigo del espíritu

Uno de los errores más comunes en la enseñanza cristiana es la suposición de que el cuerpo es un estorbo para la vida espiritual. Esto no es bíblico. El apóstol Pablo afirma en 1 Tesalonicenses 5:23:

"Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo."

Dios creó el cuerpo humano con deseos naturales y legítimos. Entre ellos está el deseo sexual. Este no es resultado del pecado original, sino parte del diseño original de Dios. La caída distorsionó su propósito, pero no anuló su origen sagrado.

La idea de que el deseo sexual desaparece por tener una vida espiritual profunda es insostenible. Incluso aquellos bautizados con el Espíritu Santo, como muchos líderes, pastores y jóvenes comprometidos, han confirmado que siguen teniendo impulsos naturales. La santidad no es la negación de lo humano, sino su redención.


2. Masturbación: ¿es pecado? ¿Qué dice la Biblia?

La Biblia nunca menciona explícitamente la masturbación como un pecado. El texto más cercano que algunos utilizan es el caso de Onán en Génesis 38:9-10:

"Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano. Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también lo mató."

Sin embargo, el pecado de Onán no fue masturbarse, sino desobedecer la ley del levirato, que mandaba dar descendencia al hermano fallecido. Interpretar este texto como una condenación de la masturbación es forzar el pasaje más allá de su contexto.

Otro texto frecuentemente citado es Mateo 5:28:

"Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón."

Además, este texto se refiere a un hombre casado, pues dice que adulteró con ella en su corazón, y solo los casados cometen adulterio.

Aquí el problema es el deseo mal canalizado, la codicia, la lujuria. No es el acto físico en sí, sino el uso que se le da en la mente y el corazón. Esto nos lleva a entender que el pecado no está en el acto automático, sino en la intención y el contenido del corazón.

Un ejemplo bíblico claro de cómo una mala decisión frente al deseo sexual puede llevar a pecados mayores es el caso del rey David. Al ver a Betsabé, no buscó apagar su deseo sexual con alguna de sus esposas o concubinas, sino que actuó como si no tuviera otra opción. Tomó a la mujer de su prójimo, lo cual fue su gran error. Por eso el profeta Natán le contó una parábola que lo hizo ver su falta: teniendo los medios para canalizar su deseo, cometió adulterio, y esto lo llevó a otros pecados aún más graves como la violación y el asesinato de Urías heteo. Este relato bíblico nos muestra que no reconocer o no usar los medios lícitos para controlar el deseo puede tener consecuencias devastadoras.


3. Una herramienta para el autocontrol, no para el libertinaje

Muchos jóvenes cristianos viven en una batalla diaria entre sus deseos sexuales y su deseo de agradar a Dios. Algunos líderes enseñan que la única solución es el matrimonio, pero ¿qué hay de los adolescentes, de los solteros, de los viudos o divorciados que no tienen esa opción inmediata? ¿Deben vivir en una represión total?

Un ex pastor de jóvenes comparte esta perspectiva basada en experiencia y discernimiento espiritual:

"El problema no era la masturbación, sino la culpa. Muchos jóvenes se sentían sucios, indignos, y terminaban alejándose de la iglesia, dejando de orar, y pensando que Dios los rechazaba."

La solución no está en imponer condenación, sino en enseñar con madurez. Para muchos, la masturbación puede ser una salida válida para controlar la ansiedad sexual y evitar caer en fornicación, pornografía, o incluso pensamientos obsesivos.

Comparado con el hambre o la sed, el deseo sexual es una necesidad natural del cuerpo. Reprimirlo sin una salida saludable puede provocar distracción constante, frustración, e incluso pecado más grave. En este sentido, la masturbación puede ser, como dijo el mismo pastor:

"una estrategia que Dios nos da para mantenernos enfocados y no ser esclavos del deseo."

El apóstol Pablo también ofrece una enseñanza que refuerza este enfoque. En 1 Corintios 7:5, aconseja a los matrimonios que, si se abstienen de tener relaciones sexuales para buscar a Dios, lo hagan solo por un tiempo breve, y luego vuelvan a unirse:

“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.”

Aquí Pablo ve las relaciones sexuales como un arma legítima para protegerse de la tentación. En el caso de los solteros, que no tienen acceso al recurso del acto conyugal, sería incoherente no ofrecer una herramienta equivalente para canalizar su deseo de forma responsable. Negar la masturbación a los solteros sería como enviarlos a la batalla sin armas, ignorando su vulnerabilidad ante la fornicación. Por tanto, vista con madurez y dominio propio, la masturbación también puede funcionar como una defensa personal contra las tentaciones, en lugar de un tropiezo


4. La culpa falsa y el daño espiritual

El apóstol Pablo escribió en Romanos 14:22-23:

"¿Tienes fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado."

Este principio aplica perfectamente. Si una persona cree, con sinceridad y paz en su conciencia, que la masturbación sin lujuria le ayuda a mantener el equilibrio y no lo aleja de Dios, no debe ser condenado. Por otro lado, si alguien no se siente en paz al hacerlo, no debe forzarse. La fe, no el miedo, debe guiar nuestra conducta.

Imponer una regla única sobre un tema que la Biblia no aborda directamente puede llevar a un daño espiritual mayor: culpabilidad, aislamiento, hipocresía, o doble vida.


5. ¿Cómo enseñar esto sin abrir puertas al libertinaje?

El equilibrio está en la madurez. El objetivo no es promover la masturbación, sino entenderla en su contexto correcto. No todos necesitan usarla como herramienta de control, pero para quienes luchan con pensamientos sexuales constantes, puede ser parte de una estrategia saludable.

Se deben establecer principios claros:

  • No usar la masturbación como excusa para alimentar la lujuria.

  • No depender de ella como adicción.

  • No permitir que sustituya relaciones sanas o el crecimiento espiritual.

  • No permitir que te robe tiempo, energía o enfoque.

Pablo enseñó en 1 Corintios 6:12:

"Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no me dejaré dominar de ninguna."

Este es el principio que debe regir también aquí.


6. Conclusión: sexualidad redimida, no reprimida

La sexualidad no es enemiga de la santidad. Cuando es guiada por el Espíritu y no por la carne, se convierte en parte del diseño glorioso de Dios para el ser humano. La masturbación, dentro de ciertos límites y con una conciencia limpia delante de Dios, puede ser una herramienta útil para mantener el equilibrio emocional, mental y espiritual.

El objetivo final no es masturbarse o no masturbarse. El objetivo es amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y eso incluye reconocer nuestras limitaciones humanas y saber cómo manejarlas con sabiduría.

En vez de condenar, enseñemos. En vez de imponer miedo, guiemos con verdad. En vez de legalismo, practiquemos la libertad responsable. Así, más jóvenes —y adultos— podrán caminar en la luz, sin esconderse de Dios, sabiendo que Él entiende nuestra humanidad porque Él mismo se hizo hombre.

"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado." — Hebreos 4:15


Autor: Félix Guerra Velásquez.

martes, 3 de junio de 2025

🕊️ Visión Profética: El Salvador en Guerra y el Valor de los Justos

 


Tuve una visión en sueños, y el Espíritu me hizo entender cosas profundas. Vi a El Salvador en guerra con Estados Unidos. Pero esta guerra no era solo militar; era una batalla entre el poder imperial y la compasión de los humildes, entre el dominio y el servicio.

Aunque geográficamente El Salvador está al sur de Guatemala, en la visión se encontraba al norte, como si el mapa hubiese sido alterado. Este cambio me fue revelado como una señal: lo espiritual ha tomado el lugar de lo natural, y el conflicto ya no se limita a las fronteras de la tierra, sino que se libra en las regiones celestiales.

Desde Guatemala, vi el cielo sobre El Salvador. Hombres y mujeres valientes habían construido aeronaves improvisadas, sin armas, solo con alimentos. Llevaban granos básicos a los necesitados, arriesgando sus vidas. Eran siervos verdaderos, sin recursos, pero con corazón de fuego.

Mientras ellos volaban, desde el suelo de El Salvador, las fuerzas de Estados Unidos —símbolo del poder opresor— lanzaban bombas antiaéreas contra estas naves. Las explosiones ocurrían cerca, pero no tocaban a los pilotos. Vi con mis ojos cómo, a pesar del fuego enemigo, las aeronaves llegaban a destino. El pan fue repartido. La compasión venció al miedo.

Me quedé asombrado. No por la guerra, sino por el valor y el ingenio de los justos. Vi en ellos el espíritu de Cristo, que no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida por muchos.

Comprendí que:

  • La guerra ya ha comenzado, y es espiritual.

  • Los pequeños pueblos y creyentes humildes serán usados por Dios para llevar alimento y verdad a quienes lo necesitan.

  • El sistema del mundo se opone, pero no puede destruir lo que Dios ha bendecido.

  • Guatemala, tierra de árboles, es lugar de vigías, y yo fui colocado como un atalaya, para ver y proclamar lo que viene.

Esta visión es una advertencia y un llamado:

  • A los que tienen el corazón dispuesto: no temáis. Aunque el enemigo ruja, no podrá detener la obra del Altísimo.

  • A los que observan: despierten, porque los tiempos están marcados, y la compasión será la señal de los hijos del Reino.

El Reino de los cielos no viene con violencia, sino con valor, fe y servicio. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

domingo, 1 de junio de 2025

El Origen de Jeru Visión: Un Nombre que Me Fue Revelado desde el Cielo


 

🌌 El Origen de Jeru Visión: Un Nombre que Me Fue Revelado desde el Cielo

Durante una de las etapas más difíciles de mi vida, mientras luchaba contra una ansiedad muy intensa, estuve buscando alternativas para calmar mi mente. Fue entonces que encontré un suplemento llamado triptófano 5-HTP, conocido por apoyar la producción de serotonina en el cerebro. Aunque la dosis recomendada era una tableta, decidí ser precavido y tomar solo la mitad.

Ese día, alrededor de las 10 de la mañana, sentí mucho sueño y me acosté a dormir. Apenas cerré los ojos, vi una especie de fuegos artificiales espirituales: luces de muchos colores que se movían como estallidos celestiales. Me sorprendió, incluso me asustó un poco, pero pronto me quedé dormido.

Al día siguiente, intenté tomar solo la cuarta parte de la tableta. Nuevamente sentí sueño, pero esta vez fue más leve y sin luces. Me dormí tranquilo. Y fue entonces cuando tuve un sueño muy especial: vi el cielo de noche, profundo y oscuro, y en medio de él aparecieron letras doradas que formaban una sola palabra: "JERU".


Desperté impactado. No entendía su significado, así que comencé a buscar. Al principio no encontré nada claro, pero más adelante descubrí que el nombre Jerusalén significa “Visión de Paz”. Esa revelación me sacudió: “Jeru” puede entenderse como visión, y “Salén” como paz. Entonces lo comprendí: Dios me estaba hablando, no solo sobre el consuelo que yo necesitaba, sino sobre un propósito profético.

Tiempo antes ya había tenido otra visión de una estrella con rayos eléctricos saliendo de ella, algo que no podía comprender del todo. Pero después de este sueño, entendí que todo estaba conectado: esa estrella, esa palabra dorada, mi búsqueda en medio de la ansiedad… todo formaba parte de un mensaje del cielo.

Por eso, cuando llegó el momento de nombrar mi canal, mi página y ahora mi blog, no tuve duda alguna: Jeru Visión. Porque no es solo un nombre bonito. Es el nombre que el cielo me mostró, y representa la visión que Dios me ha dado para este tiempo: compartir luz, verdad, paz y dirección con quienes necesitan esperanza.

Autor: Félix Guerra Velásquez.

Hasta el último momento

  Dios es muchísimo más de lo que podemos entender. Parece ser que es un maestro que trabaja en nuestro aprendizaje 24 horas al día, los 7 ...